Coca-Cola no es más que uno de los dieciocho auspiciadores, lo que suscita la preocupación de por qué las negociaciones, vitales para hacer frente al cambio climático, cuentan con auspiciadores corporativos.
Este comunicado de prensa está disponible en inglés.
SHARM EL-SHEIKH, EGIPTO⸺18 de los 20 auspiciadores de las negociaciones sobre el clima de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que se están celebrando en Egipto, apoyan directamente a la industria de los combustibles fósiles o se asocian a ella, según un análisis de Corporate Europe Observatory (CEO) y Corporate Accountability. Este análisis se produce en los últimos días de las negociaciones (la 27ª Conferencia de las Partes o COP 27) que ya se han visto empañadas por las revelaciones de intromisión e influencia de las empresas, como el hecho de que la Presidencia de la COP haya contratado a una notable empresa de relaciones públicas de las grandes petroleras y la presencia de más de 636 grupos de interés de los combustibles fósiles.
Aunque el auspicio del mayor contaminador de plástico del mundo durante cinco años consecutivos, Coca-Cola, ya ha sido objeto de un amplio escrutinio, otros auspiciadores generan cuestiones similares sobre la integridad de estas negociaciones. Entre los auspiciadores de este año hay bancos que financian directamente a la industria de los combustibles fósiles, como Afreximbank y Mashreq. Existen empresas que construyen y explotan centrales eléctricas de gas, como Orascom Construction y Siemens. También hay empresas de tecnología y comunicaciones, como Cisco, Google, IBM, Microsoft y Vodafone, que prestan una serie de servicios a la industria de los combustibles fósiles.
“Como si no fuera suficientemente malo que las delegaciones de corporaciones como Shell, BP y Chevron estuvieran caminando por los pasillos de la COP 27, ¿ahora la revelación de que toda la conferencia está financiada por empresas con estrechos vínculos con la industria? Después de 30 años permitiendo que los contaminadores retrasen el progreso, los gobiernos tienen que poner fin a esta locura y echar a los grandes contaminadores”, dijo Pascoe Sabido, Investigador y Activista de CEO.
CEO y Corporate Accountability son dos de las más de 450 organizaciones que demandan que se ponga fin a esos auspicios y a otros medios de persuasión empresarial sobre las negociaciones del clima. En agosto, un amplio espectro de la sociedad civil solicitó formalmente a los gobiernos del mundo que adoptaran un marco de responsabilidad para hacer frente a estos intentos descarados de las industrias contaminantes de obstruir el progreso y utilizar la CMNUCC para el lavado verde.
“Las empresas no deberían auspiciar las negociaciones sobre el clima, y mucho menos apoyar la agenda letal de quienes tienen vínculos con la misma industria responsable de la crisis climática. Convertir el principal foro mundial, para evitar la catástrofe climática, en una plataforma de lavado verde para los contaminadores, debilita la CMNUCC y todas sus aspiraciones. Esto no es una feria comercial, es nuestra casi última oportunidad de salvar millones de vidas y garantizar un planeta habitable para todos“, dijo Rachel Rose Jackson, Directora de Investigación y Política Climática de Corporate Accountability.
El análisis de Corporate Accountability y de CEO puso de manifiesto lo siguiente sobre los auspiciadores de esta COP:
No hace falta decir que General Motors ha sido durante mucho tiempo uno de los principales impulsores del consumo de combustibles fósiles a nivel mundial. Ya conocían el impacto del motor de combustión en el clima en la década de los 60’s, pero presionó (como lo hace hasta hoy) para bloquear la acción y financió la negación de la crisis climática.
Los propios empleados de Microsoft han protestado por la complicidad de la empresa en la crisis climática, lo que no es de extrañar si se tiene en cuenta su papel como el mayor socio tecnológico de la industria del petróleo y el gas, que ayuda a los gigantes de los combustibles fósiles a optimizar su extracción. Además, su compromiso de “cero emisiones netas para 2050” se basa en compensaciones cuestionables y en soluciones tecnológicas no probadas, y no en el fin de los vínculos con la industria de los combustibles fósiles.
Siemens ya explota y mantiene una de las mayores centrales eléctricas de gas del mundo en Egipto y tiene previsto construir más en todo el mundo, incluida la “mayor de su clase” en Turquía.
Siemens Energy, una empresa derivada de Siemens, construye centrales eléctricas de gas en todo el mundo y piezas vitales para ellas. Actualmente está construyendo una planta de 840MW en el Reino Unido para el auspiciador de la COP 26 del año pasado, SSE Thermal.
Cisco es una empresa líder en la prestación de servicios de ciberseguridad a la industria del petróleo y el gas y lleva mucho tiempo prestando servicios de comunicaciones al sector.
Hassan Allam Holding pretende convertir el norte de África en un “centro regional de gas natural” y ha anunciado cerca de 18.000 millones de dólares en inversiones en petróleo y gas hasta 2024.
Mashreq refinancia el desarrollo de las multinacionales del petróleo y el gas, impulsa el desarrollo de los combustibles fósiles a través de la transición energética y ha concedido un crédito de 90 millones de dólares a la mayor corporación privada regional de gas natural de Oriente Medio.
Afreximbank acaba de cerrar un acuerdo con los productores de petróleo africanos para financiar proyectos de petróleo y gas existentes y nuevos.
Orascom Construction construyó en Egipto una de las mayores centrales eléctricas de gas del mundo.
Autodefinido como “no ajeno al petróleo y el gas“, el Grupo Mansour lleva décadas vendiendo equipos de perforación de combustibles fósiles con planes de “adoptar un papel más proactivo en este lucrativo campo”. También ha invertido en una empresa que apoya la explotación de petróleo y gas en las costas.
ADSERO – Ragy Soliman & Partners no sólo es auspiciador, sino también asesor jurídico de la Presidencia de la COP 27. También ha representado a una serie de financiadores de combustibles fósiles, por no mencionar a empresas como Ashland Oil, Bechtel y Mitsubishi Motors.
Al igual que durante la COP 26 en Glasgow, el trabajo de asesoramiento de Boston Consulting Group con las mayores corporaciones petroleras del mundo y con Arabia Saudita, plantea serias dudas sobre la conveniencia de que auspicie y mucho menos de que ayude a organizar las COP.
Si bien es bueno que EgyptAir reduzca el plástico de un solo uso, como la Coca-Cola durante sus vuelos, esto difícilmente califica a una empresa de altas emisiones para auspiciar una COP, cuando aún no ha abordado las emisiones de combustible para sus aviones.
IBM está desarrollando novedosas técnicas de Captura, Uso y Almacenamiento de Carbono (CCUS), una tecnología promovida por la industria de los combustibles fósiles para permitir que se sigan extrayendo y quemando combustibles fósiles. También está involucrada en lo que la OSC GRAIN llama una “cortina de humo para las emisiones de las grandes petroleras”; una asociación con corporaciones de pesticidas y fertilizantes para promover la llamada “agricultura de carbono”.
Vodafone apoya el desarrollo y el mantenimiento de las infraestructuras de petróleo y gas, habiendo construido, por ejemplo, una nueva red móvil 5G privada para el proveedor de gas británico Centrica.
Según un nuevo estudio, Google está facilitando el lavado verde de las grandes petroleras, permitiendo que empresas como ExxonMobil, British Petroleum (BP), Chevron y Aramco gasten decenas de millones en términos de búsqueda como “empresas ecológicas” y “pros y contras del acuerdo climático de París”.
Incluso Bloomberg Philanthropies, elogiada por sus inversiones decisivas para que el mundo deje de depender del carbón, también ha financiado lo que REDD Monitor denomina “el plan de la élite financiera mundial para sacar provecho de la crisis climática mientras mantiene el negocio como siempre para las grandes petroleras”. El plan, o Grupo de Trabajo Sobre la Escala de los Mercados (TSVCM en inglés), también está auspiciado por el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF en inglés), cuyos miembros representan a 33 de los 50 principales financiadores de combustibles fósiles del mundo. El director de operaciones del IIF es también asesor principal de un bufete de abogados, entre cuyos clientes se encuentra ExxonMobil. El TSVCM también está estrechamente relacionado con el Consejo de Integridad, que tiene una serie de vínculos preocupantes con la industria de los combustibles fósiles.
Sólo dos auspiciadores no tenían vínculos inmediatamente perceptibles con la industria de los combustibles fósiles o con las prácticas que la posibilitan: Infinity Power y Sodic.
“¿Relaciones públicas a cargo de una empresa que hace publicidad para la industria de los combustibles fósiles? ¿Más grupos de interés de los combustibles fósiles que las delegaciones combinadas de 15 países africanos? ¿Un “quién es quién” de los contaminadores, los financiadores de los combustibles fósiles y los facilitadores de la industria que financian la COP? A una conferencia sobre la malaria no se invita a los mosquitos”, dijo Philip Jakpor, Director de Programas de Corporate Accountability y Participación Pública África.
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